Alberto Herrera/CMN – Corporativo Michoacano de Noticias
Múgica, Mich., a 10 de Junio del 2020.- Hace unos días una joven madre de familia manifestó su temor por la racha tan grande de contagios que ahora esta población tiene por coronavirus. Después de sus palabras empezó a usar el cubrebocas de manera permanente, cuidó la sana distancia y evitó salir a la calle, sobre todo porque uno de sus hijos presenta un cuadro que le genera preocupación porque sabe que si la enfermedad le llegara a dar a alguien de su familia ese pequeño tal vez sería difícil que sobreviviera.
Pero, ¿era necesario que esta joven mamá tomara las medidas preventivas ya cuando la enfermedad se empezó a diseminar en esta población? Evidentemente que no. Todas las medidas precautorias debieron ser tomadas en cuenta desde el 26 de marzo pasado, cuando el alcalde Raymundo Arreola Ortega dio a conocer por primera vez las normas que evitarían que el COVID-19 llegara a los hogares de Múgica.
Como primera autoridad, frente a la posibilidad de ser contagiado, no evadió su responsabilidad y salió a la avenida principal, al centro, a los entronques, a las comunidades, a los mercados, hospitales, entre otros sitios más, a tratar de darle un porrazo a la posibilidad que tenía la enfermedad de llegar a esta población.
Incluso instaló lavamanos públicos en sitios estratégicos, regaló trípticos informativos, sanitizó sitios de concurrencia y salió con una bocina a gritar en las esquinas los estragos del coronavirus, algo que a más de uno le hubiera generado vergüenza hacerlo. Empero, nada fue del tamaño tan grande que hiciera desistir a la población de tomar los cuidados pertinentes y el primer caso de coronavirus apareció y con ello más tarde varios decesos.
Hoy la gente está asustada; ahora sí usa cubrebocas; cuando puede se refiere a no ir a determinado lugar por cierto temor a contraer el coronavirus, el cual, por cierto, al igual que en otras ciudades, en ésta va en aumento. Ante esta nueva etapa, el gobierno local, como es su deber y obligación, alenta a la población a las nuevas medidas que permitan romper con la cadena de contagios que hoy ponen a Nueva Italia como una de las de mayor incidencia de coronavirus en la entidad.
A fines de marzo los comerciantes se manifestaron porque el gobierno local impuso algunas restricciones a sus labores. Después de pláticas llegaron a acuerdos y la gente siguió su estilo de vida casi de manera normal. Era evidente que pocos eran los que creían la existencia del coronavirus. Hoy en día, aquellos comerciantes se han sumado, al igual que ejidatarios, amas de casa, padres de familia, estudiantes, y gran parte de la sociedad civil, a las acciones encaminadas a romper la cadena de contagio.
Es evidente que la preocupación subió de tono, ello debido a que en cada familia existe una persona pequeña, mayor de edad, enferma de diabetes, hipertensión, o cualquier otra que afecte su sistema inmunitario. Eso pasó con la joven ama de casa que ahora extrema precauciones porque sabe los efectos mortales que podría generar el coronavirus en algún miembro de su familia.
La alternativa para que esto no ocurra y se pueda erradicar la presencia de la enfermedad ya la ha dicho hasta la saciedad el gobierno del Arreola Ortega, asi como la federación y el estado. Las medidas son simples, no salir de casa, conservar la sana distancia, evitar hacer reuniones masivas, lavarse las manos, usar gel antibacterial y cubrebocas, no saludar de mano ni beso, entre otras más.
El gobierno local ha dictado normas a comerciantes, funerarias, dueños de farmacias, expendedores de alimentos, entre muchos más que prestan servicios al público en general, pero ¿usted como sociedad hizo lo correcto antes de la presencia del coronavirus y ante la aparición de éste, usted ha modificado su estilo de vida en tanto se rompe la cadena de contagio? Eso es algo que cada quien sabemos, pero de algo sí estamos seguros, que para que se erradique esta enfermedad, todos debemos caminar por una uniformidad de normas, que son las que desde el inicio de la pandemia nos han dictado los tres niveles de gobierno.